MUERTE DE UNA LEYENDA

 

Tal vez al leer el titulo os parezca demasiado grandilocuente pero es lo que sentí en el momento que vi a "mi pino" morir.

 Si me permitís voy a remontarme a mis años de juventud, cuando pasaba días y días junto a mis compañeros de fatigas en el monte plantando pinos y más pinos, cubicando, limpiando el suelo, que por cierto lo dejábamos como una patena, el mejor aliado para prevenir los incendios y cuando nos acercábamos al pino tornillo como lo llamábamos entonces sentíamos una gran alegría intentando abrazarlo entre unos cuantos y lo admirábamos entre risas. Nos gustaba su tronco retorcido culminando en varias ramas tan grandes que cada rama parecía un pino.

 Pasó el tiempo y cada uno elegimos un destino pero no lo olvidamos y cada vez que volvíamos al pueblo esperábamos ilusionados llegar al sitio donde estaba nuestro pino, ya que cada uno nos lo adjudicamos como nuestro pino.

 Después lo enseñábamos a nuestros hijos y así el camino se hacía más corto para llegar y verlo más tarde yo particularmente le conté la historia a mis nietas quienes muy contentas preguntaban ¿cuando llegamos al pino de la yaya sole? hasta que al verlo aminorábamos la marcha para que lo vieran bien y muy contentas seguíamos hacía el pueblo.

 Este año íbamos igual de emocionados para verlo y cuál no sería nuestra sorpresa en este caso mala sorpresa al ver las hojas color ocre asomar entre las hojas verdes de los demás pinos. No podíamos creerlo en unos meses había pasado del verde brillante al triste marrón.

 No me avergüenza decir que se me escaparon unas lágrimas, las limpie rápido para que mis niñas no las vieran ,aunque a decir verdad ellas también se desilusionaron y dijeron yaya tu pino se está muriendo.

 Somos muchas personas las que pensamos que nos han robado algo por lo que nos sentimos tristes.

 Mi pequeño escrito tiene dos tesituras muy distintas entre sí, la primera es un homenaje hacia ese ser vivo que hizo feliz a tanta gente y la segunda es de crítica "para quien corresponda" por maltratar al monte como lo maltratan por no limpiarlo, por dejar que las malas hierbas se apoderen, por multar si se coge muérdago que tanto daño hace a los pinos; tal vez sus pequeñas mentes piensen que son más importantes las zarzas, los espinos, las aliagas y olvidan que quienes son los pulmones de la atmósfera y le dan el oxígeno son los pinos ."Mi pino" ya jamás lo dará y como él muchos otros que se van ahogando y secando en la Dehesa de Griegos y en el Puerto de los Montes Universales EL HOGAR DE MI PINO.

 MUCHAS GRACIAS POR LEER ESTA DENUNCIA

 

SOLEDAD GONZÁLEZ ARÁUZ