GRIEGOS Y BERLIN

 

Cuando compré las sollapas a  Asunción Arauz ella no imaginaría que aquellas humildes viandas iban a viajar a Berlín

Ya diré cómo y porqué, pero ahora permitidme decir que a mi forma de analizar las cosas,  uno de los elementos más representativos de la cultura de Griegos es su comida.               

La comida forma parte de las tradiciones (la carne del toro en la plaza, etc.), del ritual, de la memoria colectiva y de la cotidianidad del pueblo. A su vez también forma parte del individuo de manera única y muy personal al ser conducto de sensaciones que remiten a emociones, a recuerdos y a vivencias propias.

Martín Sorando me contaba que los pastores de Griegos cortaban el rabo a los corderos el primer viernes del mes de marzo (ritual) y que cuando acababan su trabajo limpiaban los rabos y se los comían bien asados en una hoguera. Él dice, y será verdad, que así guisados, son un exquisito manjar.

Entre los numerosos platos de la comida tradicional de Griegos, además del perol de sopas, brillan con esplendor los gaspachos, en caldo o tostados.

A propósito del perol de sopas, mi tío Pedro Martínez todas las noches del año cenaba sopas en perol y un huevo pasado por agua. Y qué buenas deben de ser las sopas para el cuerpo porque, ¡hay que ver lo fuerte que estaba mi tío!

Pero vuelvo a los gaspachos caldosos para decir que en mi casa se comen habitualmente dos o tres veces al mes y he tratado de propagarlos entre mis amigos sean de donde sean (propagar nuestra cultura).

Mi amigo Alfonso Castañeda es un peruano descendiente de españoles desde hace varias generaciones y ahora vive en Berlín.

Hasta sus casi cuarenta años fue sacerdote diocesano con inquietudes sociales o socialistas, lo que quiere decir que colgó los hábitos, impartió clases en varias universidades europeas y terminó casándose con una joven alemana de cuyo matrimonio nacieron tres hijos.

María Guevara es una peruana que ahora vive en España y es prima hermana de la esposa de uno de los hijos del Sr. Castañeda. Las dos primas querían verse y el joven matrimonio vino a España a pasar sus vacaciones.

Viajaron a Griegos;  yo les invité a mi casa y para obsequiar a la familia de mi amigo,  traté de ser original y guisé para todos una buena cantidad de gaspachos algo mejorados respecto a los que comía cuando era un niño.

El éxito de la comida fue tan grande que alguno repitió hasta tres veces.

Me pidieron llevarse sollapas a Berlín y con mucho gusto fue a la panadería a comprarlas.

Ahora en Berlín mis amigos y los amigos de mis amigos comen gaspachos.

Es mi modesta aportación a expandir nuestra cultura por el mundo. Lo malo será que los alemanes patenten los gaspachos y nos los vendan en lata a los españoles.

José Juan Herranz Martínez

24-12-2013

 

Mi actual receta para dos personas es:

200 gms. de sollapas

Conejo y pollo a gusto

Cabeza de ajos

Una hoja de laurel

150 gms. de patatas

Un tomate maduro

Aceite y sal

Forma de condimentarlos

En una sartén grande se echa el aceite, se deja calentar  y una vez caliente se saltean las patatas peladas y cortadas en láminas (como para tortilla); añadimos los ajos troceados, el laurel y el tomate rallado. Cuando esté todo bien sofrito poner los pedazos de sollapa y sofreir todo durante unos cuatro minutos más y añadir el caldo de haber hervido en olla aparte pollo y conejo previamente sofritos. Sal y dejar hervir durante veinte minutos.